La degradación del suelo y la pérdida de biodiversidad son factores que afectan negativamente la nutrición vegetal.
En los suelos debería existir una variedad de microorganismos relacionados con la fijación biológica de nitrógeno, solubilización de fósforo, potasio y zinc, oxidación de azufre y quelatación de hierro, manganeso y cobre.
Cuando las poblaciones de los microorganismos se reducen (por la sobrefertilización, la fumigación química del suelo, las técnicas de labranza, el manejo intensificado, etcétera), los ciclos biogeoquímicos son más lentos y se presentan deficiencias nutricionales en el cultivo, a pesar de que los nutrientes estén presentes en el suelo en cantidades suficientes. Entonces, para optimizar la nutrición de los cultivos agrícolas es importante:
- Monitorear las poblaciones de microorganismos relacionados a la nutrición vegetal (análisis de biofertilidad del suelo).
- Establecer un plan de inoculación de probióticos agrícolas de acuerdo con los requerimientos del cultivo.
- Prestar seguimiento a la regeneración de la biota del suelo.
- Evaluar resultados y aplicar ajustes al plan de manejo agrobiológico.
Por último, debe mencionarse que, el objetivo de la biofertilización no es la sustitución del uso de fertilizantes, sino optimizar su asimilación de manera que se reduzca el consumo y se minimice el desperdicio de estas sales que, si se acumulan en exceso en el suelo, terminan intoxicándolo.
La inoculación periódica de microorganismos relacionados con la nutrición vegetal puede favorecer la desintoxicación, reducir el agotamiento e impulsar la regeneración de los suelos.
|